Servicio de Cirugía General - Hospital Artémides Zatti - Viedma - Río Negro - Patagonia Argentina -
miércoles, noviembre 21, 2012
Reflexiones sobre el Programa Nacional para Control de la Hidatidosis
Estimados amigos, luego de las jornadas he tenido tiempo para reflexionar sobre el programa nacional y creo que debia hacer mi aporte, destacando algunos aspectos que a mi entender, si se corrigieran podrian fortalecer el programa.
Saludos a todos
Dr. Eduardo A. Guarnera Estimados Dres. Mafalda Mosello y Oscar Jensen
Me permito escribirles en relación al correo que recibí el 15 del corriente firmado por Uds. y que se refiere al Programa Nacional de control de Hidatidosis en Argentina.
En primer lugar deseo que sepan que lo he leído repetidamente, incluso al igual que la extensión que abre la página de SENASA. En ella se puede leer que el programa fue anunciado ante expertos nacionales y de otros países que participaban de las Jornadas Internacionales de Hidatidosis del 8 y 9 de Noviembre del corriente año.
Dado que estuve presente en esa reunión, deseo decir que si bien mi posición es de apoyo a todas las innovaciones tecnológicas en el campo de las ciencias, cuando se refieren a la ejecución operativa de actividades sanitarias, mi apoyo es posterior a conocer previamente y en profundidad, no sólo la herramienta que se usará, sino como se planifica su uso, dado que de este ultimo aspecto dependerá el éxito del programa de control.
Al respecto mi primera duda surge del desconocimiento, dado que nadie hizo mención al sitio o los sitios donde se implementará el nuevo programa. Esta pregunta tiene que ver con la necesidad de conocer la estructura operativa formal que estará disponible para administrar el biológico o los fármacos, con oportunidad y con la administración correcta, a todo lo largo del tiempo previsto para su ejecución.
Como Uds. bien saben, el praziquantel es una excelente herramienta que aún esta vigente; sin embargo las fallas reiteradas en la administración del fármaco a los perros bajo programa, han llevado a que los programas en general tengan casi 35 años de vigencia y aún persisten activos los focos primarios que había por entonces y como un nuevo fenómeno se conocen casos urbanos de la enfermedad, lo que sugiere que el parásito podría estar en expansión.
Mi segunda e importante duda, tiene que ver con la estrategia que se adoptará para planificar las medidas de intervención. Si se decidiera vacunar a los ovinos desde un día determinado, quedará por un lapso de seis años aproximadamente una generación anterior sin tratamiento. Esos animales que tienen una prevalencia aproximada del 9%, se irán sacrificando de la misma manera que se hace hoy. Es decir que a pesar de proceder a la vacunación, la contaminación ambiental continuara de igual manera y el riesgo para las personas será el mismo por al menos seis años.
Luego de ese período se comenzara a reducir la prevalencia ovina, en caso de que no queden animales sin vacunar y que el porcentaje de fracasos vacúnales se acerque a “cero”.
Si este razonamiento fuera correcto, el beneficio de mantener un programa solo con vacunación será lento y si se agregara el tratamiento canino será muy costoso, no tanto por los medicamentos, sino por el mantenimiento prolongado de la estructura operativa necesaria para asegurar el éxito y justificar los costos.
Mi tercera duda es antigua y se refiere a mi falta de información sobre otros países o regiones que tengan programas con vacunación contra la hidatidosis, en especial en los países donde se desarrolló la vacuna, y que a pesar de tener echinococcosis quística pareciera que no la utilizan.
Dado que en Salud Pública o Sanidad Animal los programas deben utilizar herramientas de reconocida eficacia y eficiencia para no cargar costes innecesarios a la comunidad, seria aconsejable acompañar a la información del programa nacional con datos sobre programas de otros países con vacunación de ovinos. En especial interesa conocer el seguimiento de los resultados, más que los resultados de un esquema de vacunación aislado del contexto del campo.
Hechas estas disquisiciones que considero fundamentales, deseo expresar que estoy abierto a la discusión de lo que aquí planteo.
Mientras tanto deseo reiterar que si bien participé de la reunión en la que se presentó el programa y que apoyo la necesidad de buscar nuevas alternativas para el control de la enfermedad, creo que falta experiencia de campo para llevar a cabo una tarea como la que se propone, cuya efectividad, por tratarse de una herramienta con nueva tecnología, se podría perder por no sustentarlo con la fortaleza operativa que requerirá y que será necesaria para su implementación.
Espero que lo expresado sea interpretado como un aporte de mi parte al Programa Nacional de Control de la Hidatidosis.
Aprovecho la oportunidad para saludarlos muy atentamente
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