miércoles, noviembre 21, 2012

Reflexiones sobre el Programa Nacional para Control de la Hidatidosis




Estimados amigos, luego de las jornadas he tenido tiempo para reflexionar sobre el programa nacional y creo que debia hacer mi aporte, destacando algunos aspectos que a mi entender, si se corrigieran podrian fortalecer el programa.


Saludos a todos

Dr. Eduardo A. Guarnera     Estimados Dres. Mafalda Mosello y Oscar Jensen



Me permito escribirles en relación al correo que recibí el 15 del corriente firmado por Uds. y que se refiere al Programa Nacional de control de Hidatidosis en Argentina.

En primer lugar deseo que sepan que lo he leído repetidamente, incluso al igual que la extensión que abre la página de SENASA. En ella se puede leer que el programa fue anunciado ante expertos nacionales y de otros países que participaban de las Jornadas Internacionales de Hidatidosis del 8 y 9 de Noviembre del corriente año.

Dado que estuve presente en esa reunión, deseo decir que si bien mi posición es de apoyo a todas las innovaciones tecnológicas en el campo de las ciencias, cuando se refieren a la ejecución operativa de actividades sanitarias, mi apoyo es posterior a conocer previamente y en profundidad, no sólo la herramienta que se usará, sino como se planifica su uso, dado que de este ultimo aspecto dependerá el éxito del programa de control.

Al respecto mi primera duda surge del desconocimiento, dado que nadie hizo mención al sitio o los sitios donde se implementará el nuevo programa. Esta pregunta tiene que ver con la necesidad de conocer la estructura operativa formal que estará disponible para administrar el biológico o los fármacos, con oportunidad y con la administración correcta, a todo lo largo del tiempo previsto para su ejecución.

Como Uds. bien saben, el praziquantel es una excelente herramienta que aún esta vigente; sin embargo las fallas reiteradas en la administración del fármaco a los perros bajo programa, han llevado a que los programas en general tengan casi 35 años de vigencia y aún persisten activos los focos primarios que había por entonces y como un nuevo fenómeno se conocen casos urbanos de la enfermedad, lo que sugiere que el parásito podría estar en expansión.

Mi segunda e importante duda, tiene que ver con la estrategia que se adoptará para planificar las medidas de intervención. Si se decidiera vacunar a los ovinos desde un día determinado, quedará por un lapso de seis años aproximadamente una generación anterior sin tratamiento. Esos animales que tienen una prevalencia aproximada del 9%, se irán sacrificando de la misma manera que se hace hoy. Es decir que a pesar de proceder a la vacunación, la contaminación ambiental continuara de igual manera y el riesgo para las personas será el mismo por al menos seis años.

Luego de ese período se comenzara a reducir la prevalencia ovina, en caso de que no queden animales sin vacunar y que el porcentaje de fracasos vacúnales se acerque a “cero”.

Si este razonamiento fuera correcto, el beneficio de mantener un programa solo con vacunación será lento y si se agregara el tratamiento canino será muy costoso, no tanto por los medicamentos, sino por el mantenimiento prolongado de la estructura operativa necesaria para asegurar el éxito y justificar los costos.

Mi tercera duda es antigua y se refiere a mi falta de información sobre otros países o regiones que tengan programas con vacunación contra la hidatidosis, en especial en los países donde se desarrolló la vacuna, y que a pesar de tener echinococcosis quística pareciera que no la utilizan.

Dado que en Salud Pública o Sanidad Animal los programas deben utilizar herramientas de reconocida eficacia y eficiencia para no cargar costes innecesarios a la comunidad, seria aconsejable acompañar a la información del programa nacional con datos sobre programas de otros países con vacunación de ovinos. En especial interesa conocer el seguimiento de los resultados, más que los resultados de un esquema de vacunación aislado del contexto del campo.

Hechas estas disquisiciones que considero fundamentales, deseo expresar que estoy abierto a la discusión de lo que aquí planteo.

Mientras tanto deseo reiterar que si bien participé de la reunión en la que se presentó el programa y que apoyo la necesidad de buscar nuevas alternativas para el control de la enfermedad, creo que falta experiencia de campo para llevar a cabo una tarea como la que se propone, cuya efectividad, por tratarse de una herramienta con nueva tecnología, se podría perder por no sustentarlo con la fortaleza operativa que requerirá y que será necesaria para su implementación.

Espero que lo expresado sea interpretado como un aporte de mi parte al Programa Nacional de Control de la Hidatidosis.

Aprovecho la oportunidad para saludarlos muy atentamente









 

El Senasa anunció la creación de un Plan Nacional para el Control de la Hidatidosis

Promoción de la Salud Fecha: 13/11/2012


Será desarrollado junto a los ministerios nacionales de Agricultura, Salud, Desarrollo Social y Educación. Contemplará la distribución y administración de antiparasitarios, la vacunación de animales y la realización de campañas de prevención. La enfermedad se transmite de los animales a los humanos.


Profesionales del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) anunciaron la creación del Plan Nacional de Control de Hidatidosis, que será desarrollado junto a los ministerios nacionales de Agricultura, Salud, Desarrollo Social y Educación.



La medida fue difundida en el marco de las 35º Jornadas Internacionales de Hidatología y 27º Jornadas Argentinas de Hidatidosis, que se realizaron el 8 y 9 de noviembre último en Puerto Madryn, Chubut.



El Plan contemplará la distribución y administración de antiparasitarios, la vacunación de animales, la realización de actividades de difusión y protección de la salud, con la participación de universidades públicas y escuelas agropecuarias de todo el país.



La hidatidosis es una enfermedad zoonótica producida por el parásito Equinococo granuloso, de notificación obligatoria, para la cual la Organización Mundial de Salud Animal (OIE) destaca la necesidad de prevenir la infección en humanos y rumiantes a través de programas de prevención y control.



Esta enfermedad está ampliamente distribuida en el territorio nacional, con altas prevalencias en el ganado ovino, bovino y porcino, así como también en perros y humanos de algunas provincias de nuestro país.



En virtud de ello, se realizan trabajos de campo entre las áreas de zoonosis de los ministerios de Salud de las provincias y los centros regionales del Senasa, con el objetivo de atender las secuelas que deja la hidatidosis en las personas afectadas y las pérdidas económicas que causa en los productores.



Las jornadas, organizadas por la filial argentina de la Asociación Internacional de Hidatología, reunieron a expertos nacionales e internacionales en hidatidosis de Uruguay, Perú y Venezuela, a los responsables de los programas provinciales de Control de Hidatidosis, Zoonosis provinciales, a docentes universitarios y a referentes de distintas instituciones estatales y privadas.



El programa estuvo integrado por 37 disertantes agrupados en seis mesas temáticas y el desarrollo de 25 posters científicos.



Jornadas Nacionales de Hidatidosis - Madryn (Chubut) Noviembre 2012

Queridos amigos en la Hidatidosis




Queremos compartir con Ustedes esta excelente noticias.



Les pedimos nos ayuden, a que todos los relacionados a la enfermedad hidatídica, se enteren.



Plan Nacional de Control de la Hidatidosis



“Un anuncio largamente esperado”



Durante el transcurso de las XXVII Jornada Argentina de Hidatidosis y XXXV Jornada Internacional de Hidatidología realizadas en la ciudad Puerto Madryn, provincia del Chubut, los días 8 y 9 de Noviembre de 2012, y organizadas por el Ministerio de Salud de la Provincia del Chubut y la Filial Argentina de la Asociación Internacional de Hidatidología, ocurrieron hechos trascendentes, esperados y solicitados durante muchos años, por los Hidatidólogos de Argentina.



La Veterinaria Natalia Casas, responsable del Programa Nacional de Control de Enfermedades Zoonóticas del Ministerio de Salud de Argentina presentó el



“Plan Nacional de Control de Hidatidosis del Programa Nacional de Control de Enfermedades Zoonóticas del Ministerio de Salud”



Que tiene como objetivo principal “Disminuir la morbilidad y mortalidad generada por la equinococosis quística (EQ) con un abordaje integral y multidisciplinario”.



El Veterinario Aldo Combessies del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) presento el



“Proyecto de Plan Nacional de control de la hidatidosis” del SENASA, (organismo del Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca) y del Ministerio de Salud de la Nación, con la colaboración de los Ministerios de Desarrollo Social y de Educación.



Tiene como objetivo el control de la Hidatidosis, enfermedad de impacto en la salud humana y en la disminución de la producción animal, con la utilización de todas las herramientas disponibles, combinando las tradicionales con aquellos productos de las nuevas tecnologías.



El día viernes 09 de Noviembre de 2012 será recordado, por los que trabajamos en el control de “Hidatidosis” en algún lugar de Argentina”, como “un día de esperanza”, para los 500.000 chicos que todavía viven en zona de riesgo a contraer Hidatidosis.





El Plan nacional de control de la Hidatidosis, integral y multidisciplinario, será desarrollado por los ministerios nacionales de Salud, Agricultura y Ganadería, Desarrollo Social y Educación. Contemplará la distribución y administración de antiparasitarios, la vacunación de animales, control de faena, educación y promoción de la salud, tenencia responsable de canes, diagnostico precoz y tratamiento oportuno.



Con el Plan Nacional de Control de la Hidatidosis podemos comenzar a soñar y planificar una Argentina, SIN CHICOS CON HIDATIDOSIS.



a.-

Adjuntamos archivo pdf con las dispositivas del anuncio del Plan de Hidatidosis de Salud y de SENASA.

Anexamos unas diapositivas de la presentación de Chubut.



b.-

Ver el anuncio de SENASA en:



http://www.senasa.gov.ar/contenido.php?to=n&in=1573&ino=0&io=21917



Oscar Jensen Mafalda Mossello

Departamento Investigación en Salud Departamento de Zoonosis

jensenoscar52@gmail.com mafaldamossello@hotmail.com



domingo, noviembre 20, 2011

jueves, octubre 13, 2011

Profesor Marshall Lightowlers


El profesor Marshall Lightowlers comenzó su carrera en el campo de la parasitología durante una cita post-doctorado en el Instituto de Ciencia Médica y Veterinaria de Adelaide, donde realizó investigaciones sobre Sarcocistosis ovino. En 1981 comenzó una posición post-doctoral en la Universidad de Melbourne, Centro Clínico Veterinario y comenzó una carrera de investigación centrado en la inmunología y la biología molecular de parásitos cestodos ténidos.

Su investigación inicial de la Universidad de Melbourne investigó la inmunoquímica de los antígenos de Taenia solium y de Echinococcus granulosus. Posteriormente fue miembro de un equipo de científicos que desarrolló una vacuna contra la infección por Taenia ovis en ovejas, la primera vacuna recombinante contra una enfermedad parasitaria.

En 1989 Lightowlers asumió el liderazgo de los laboratorios de parasitología molecular de investigación en la Universidad de Melbourne y comenzó a aplicar las lecciones aprendidas en la investigación de T. ovis para el desarrollo de vacunas similares contra la infección con las larvas de los parásitos cestodos otros. Esto llevó al desarrollo de la muy eficaz, las vacunas recombinantes contra la cisticercosis en el ganado debido a la Taenia saginata y cerdos debido a la Taenia solium.

En colaboración con el Dr. David Heath en Nueva Zelanda, él y sus colegas también se produce una vacuna recombinante contra la hidatidosis en el ganado ovino. Esta vacuna ha demostrado su eficacia en ensayos experimentales realizados en Argentina, China, Nueva Zelanda y Australia, y está siendo fabricado para aplicaciones comerciales. Estas vacunas siguen siendo singularmente eficaz en el campo de la parasitología. En 1990 fue nombrado Lightowlers un investigador de la Nacional de Salud y el Consejo de Investigación Médica y posteriormente promovido a Investigador Principal y Profesor de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Melbourne.

Ha publicado más de un centenar de artículos en revistas internacionales arbitradas y libros. El reconocimiento de su prestigio científico se desprende de sus numerosas contribuciones invitado a reuniones científicas nacionales e internacionales e invitó a revisar las publicaciones y su recepción de una importante financiación, la investigación competitiva.

Él había sido miembro de la informal Mundial de la Salud de Grupos de Trabajo sobre Equinococosis desde 1988 y actualmente es coordinador del grupo de evaluación de las vacunas. Una característica importante de la carrera de Lightowler ha sido su dedicación a la formación de los estudiantes de posgrado de gran éxito, personal y visitantes un año sabático en la disciplina de la parasitología.

Lightowlers ha sido un miembro activo de la Sociedad Australiana de Parasitología, sirviendo como presidente de la sociedad en 1995 / 6, Secretario Honorario y como miembro del consejo que representa a Victoria. En 1998, la sociedad recibió la Medalla de Lightowlers Bancroft-Mackerras en reconocimiento a su destacada contribución a la ciencia de la parasitología.

Una herramienta más para la lucha contra la hidatidosis en humanos

Lanzamiento de la primera vacuna recombinante contra la hidatidosis en la Argentina
Desarrollo de una nueva herramienta para proteger a los huéspedes intermediarios

T. Poggio 1, 2 O. Jensen, M. Lightowlers 3, D. Heath 4, J. La Torre1

1Centro de Virología Animal - CEVAN-ICT Milstein (CONICET); 2Departamento Zoonosis - Secretaría de Salud (Chubut); 3Molecular Laboratorio de Parasitología de la Universidad de Melbourne, Australia; 4AgResearch, Wallaceville Animal Research, Nueva Zelanda

Equinococosis por Echinococcus granulosus es una enfermedad zoonótica en todo el mundo, cuya epidemiología y el control es a menudo considerado como una cuestión veterinaria. Por lo tanto, una vacuna recombinante ha sido desarrollado para la prevención de la infección de los huéspedes intermediarios por Heath y Ligthtowlers en 1995. CEVAN-ICT Milstein pertenecientes a CONICET, junto con la Universidad de Melbourne y de Investigación AG hizo posible producir una vacuna a escala piloto que utiliza la proteína recombinante oncósfera, EG95.In 02 2011 Providean Hidatil EG95 ®, fue aprobado por Argentina Animal y Vegetal y Agencia de Seguridad Alimentaria (SENASA) como la primera vacuna recombinante para su uso en el ganado ovino y caprino. Tecnovax SA obtuvo el certificado de registro para el nuevo producto y llevó a cabo el aumento de escala y la producción. La eficacia de Providean Hidatil EG95 ® se comparó con la vacuna recombinante de Australia y la bioequivalencia se demostró.

Métodos: EG95 gen fue clonado a partir de mRNA Echinococcus granulosus huevos del parásito de la tenia de los perros.

El semi-recombinante EG95-GST proteína expresada en bacterias se combinó con Montanide ISA 70 más saponina como agente emulsionante. Tres grupos de ovejas (n = 10) fueron inmunizados por vía subcutánea los días 0, 30 y 365 con diferentes formulaciones. Grupo 1 fue inmunizado con Providean Hidatil EG95 ® (50μg/dose). El grupo 2 recibió la formulación de Australia (50 microgramos Eg95-GST y 1 QuilA mg). Control de las ovejas no recibió antígeno. Eficacia de Providean Hidatil EG95 ® fue probado por el control de la respuesta serológica de las ovejas en comparación con los sueros de ovejas inmunizadas con la formulación de Australia.

Resultados y Conclusiones: Providean Hidatil EG95 ® indujo altos títulos de anticuerpos IgG específicos en el suero de ovejas inmunizadas que persisten por más de un año y no mostró diferencias significativas con los inducidos por la vacuna de Australia. Este ensayo demuestra que Providean Hidatil EG95 ® es bioequivalente a la formulación de Australia. La producción de la primera licencia de vacunas veterinarias recombinante es un hecho importante en nuestro país.El inclusión de esta práctica herramienta en el programa para el control de la hidatidosis que permitirá prevenir la enfermedad en los hospederos intermediarios a través provocó seroprotección y la consiguiente reducción de la oferta de hidatidosis quistes.


Presentaron la Vacuna Providean Hidatil Eg95

Noticias Ganaderas


Presentaron la primera vacuna que previene la hidatidosis, la principal zoonosis que afecta a la Argentina

La vacuna Providean Hidatil Eg95 será producida en el país por la empresa biofarmacéutica Tecnovax. Al prevenir la infestación en animales, evita la transmisión del parásito al hombre. En la Argentina se notifican 450 casos humanos al año.
Con la presencia de Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao; el Dr. Oscar Jensen, del Departamento de Investigación en Salud de la Secretaría de Salud de la Provincia del Chubut quien participó activamente en el desarrollo de la vacuna, el Secretario de Agricultura y pesca, el Ing. Agr. Lorenzo Basso y la Ministra de Industria Débora Giorgi entre otras destacadas autoridades nacionales, se presentó la primera vacuna que protege contra la hidatidosis, la zoonosis con mayor número de casos en seres humanos reportados en el país. Declarada de interés nacional por el Senado de la Nación Argentina, la vacuna, Providean Hidatil EG95, producida en Argentina por la empresa biofarmacéutica Tecnovax y desarrollada por científicos del Consejo de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET), ofrece una protección de hasta el 100% de los animales vacunados, evitando así que las personas se enfermen. Su desarrollo fue financiado con el apoyo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva a través de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica.



En el ser humano, la hidatidosis o equinococosis quística (EQ) es una enfermedad parasitaria crónica, que se caracteriza por la formación de quistes en distintos órganos, principalmente en el hígado y en el pulmón, y raramente en el cerebro. Si bien los pacientes pueden cursar la infección en forma asintomática durante años, los quistes que contienen la larva del parásito Echinococcus granulosus crecen afectando los órganos, y pueden causar complicaciones que requieren tratamiento médico o quirúrgico.



En la Argentina, según el Ministerio de Salud de la Nación, se reporta una media de 450 casos en humanos al año. “La hidatidosis está difundida en todo el territorio nacional, con una mayor prevalencia en las zonas ganaderas –declaró el veterinario Oscar Jensen, del Departamento de Investigación en Salud, de la Secretaría de Salud de la provincia del Chubut–. El área de riesgo tiene una extensión de más de 1.200.000 km2, distribuidos en las áreas endémicas (Patagónica, Pampa húmeda, Mesopotámica, Cuyana, Mediterránea y de Alta montaña) que son habitadas por 5.000.000 de personas, de las cuales 500.000 corresponden a niños menores de 5 años, los de mayor riesgo de enfermar”.



El parásito de la hidatidosis llega al ser humano a través de los perros parasitados, en aquellas áreas (principalmente rurales) en las que el hombre convive con el ganado y sus perros. Las ovejas, cabras, vacas, cerdos, caballos, llamas y alpacas pueden ser hospederos intermediarios del parásito, al igual que animales silvestres como el guanaco, la vicuña o la liebre. El parásito es adquirido por el perro al comer las vísceras parasitadas, principalmente durante la faena.



Cuando el perro ingiere las achuras provenientes de animales infestados el parásito completa su ciclo en el intestino del perro, eliminando así, grandes cantidades de huevos. Cuando el perro defeca, elimina en su materia fecal huevos viables que contaminan el medio ambiente. El ganado ingiere los huevos presentes en el medio ambiente (pasturas, agua), contrayendo así el parásito. De esta forma se mantiene activo el ciclo de la enfermedad.



El hombre se puede infectar por dejarse lamer o acariciar por un perro parasitado con E. granulosus y por ingerir huevos de E. granulosus, al alimentarse de verduras o al beber agua contaminada con materia fecal de perro parasitado. Los niños son los más expuestos a enfermar, ya que por sus hábitos de juego se dejan lamer por los perros o pueden tocar las heces presentes en el suelo.



“Quienes tienen un mayor riesgo de adquirir hidatidosis son los pequeños productores de ovinos y caprinos, que en su mayoría viven en el campo con sus familias. Muchas son economías de subsistencia y con condiciones de vida y de manejo de los animales que favorece el ciclo de la hidatidosis –explicó el doctor Jensen–. El mayor riesgo deriva de que viven en zonas rurales, realizan la faena de sus cabras y ovejas para consumo familiar, tienen perros para el manejo del ganado, habitan viviendas precarias, no cuentan con agua de red y consumen verduras de su propia huerta.”



En el medio ambiente, los huevos del parásito causante de la hidatidosis pueden permanecer más de tres años representando un riesgo de infección para animales y humanos.



UNA VACUNA QUE INTERRUMPE EL CICLO DEL PARÁSITO







Desarrollada por investigadores del Conicet, la vacuna Providean Hidatil EG95 es la primera vacuna contra un parásito –el Echinococcus granulosus–.



La vacuna se basa en una proteína recombinante clonada a partir del material genético (ARN) extraído del parásito. Su administración genera grandes cantidades de anticuerpos que neutralizan al parásito, evitando que éste pueda establecerse en los órganos del animal inmunizado.



Su investigación fue iniciada por los científicos David Health, del Centro de Investigación Animal de Nueva Zelanda, y Marshall Lightowlers, del Laboratorio de Parasitología Molecular de la Universidad de Melbourne, de Australia, a los que luego se sumaron expertos del Departamento de Zoonosis de la Secretaria de Salud de Chubut y del Centro Regional de Investigación y Desarrollo Científico Tecnológico (CRIDECIT), de la Universidad Nacional de la Patagonia, San Juan Bosco.



La efectividad de la vacuna fue comprobada en ensayos de campo multicéntricos, controlados y aleatorizados, que fueron realizados en Australia, Nueva Zelanda, China y la Argentina, y que demostraron que el esquema de dos dosis permite alcanzar una protección de entre el 82% y el 99%, y que la adición de una tercera dosis permite obtener una protección de hasta el 100%.



En 2006, la licencia de la vacuna fue adquirida por la joven empresa biofarmacéutica Argentina Tecnovax S.A., que optimizó el estado embrionario de la tecnología para adaptarla a las necesidades de la región y su producción industrial. Esta tarea fue realizada con el apoyo del Centro de Virología Animal (CEVAN) del ICT-Milstein, perteneciente al Consejo de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET) de la Argentina, y contó con el apoyo de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica.



El esquema de aplicación de la vacuna Providean Hidatil EG95 contempla para los ovinos dos dosis iniciales –la primera en los trabajos previos a la parición y la segunda en la esquila–, y un refuerzo anual para asegurar altos niveles de anticuerpos, especialmente en zonas de alto riesgo. Al proteger a los animales que son sus hospederos, la vacuna interrumpe el ciclo biológico del parásito y reduce la presencia de sus huevos en el medio ambiente, lo que reduce el riesgo de contagio en seres humanos. “Esta vacuna será una herramienta adicional para que los países afectados por la hidatidosis inicien el camino hacia el control definitivo y la erradicación de la enfermedad”, concluyó el doctor Jensen.



Pero más allá de su impacto sobre la salud humana, la vacuna ayudará a incrementar la productividad del ganado, ya que los animales afectados por la enfermedad producen mermas en carne y lana cercanas al 10%. El lucro cesante para el sector agropecuario se estima en $ 183 millones de pesos al año.







Dr. Oscar Jensen, Médico veterinario del Departamento de Investigaciones de la Provincia de Chubut, Lic. Diego La Torre, Director de TECNOVAX, Lino Barañao, Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Débora Giorgi, Ministra de Industria y Ing. Agr. Lorenzo Basso, Secretario de Agricultura y pesca.









miércoles, octubre 12, 2011

Equinococosis quística: crónica, compleja, y aún desatendidas.

 Brunetti E, García HH, Junghanss T, en nombre de los miembros del Taller Internacional de la CE en Lima, Perú, 2009 (2011) equinococosis quística: crónica, compleja, y aún desatendidas. PLoS desd Trop Dis 5 (7): e1146. doi: 10.1371/journal.pntd.0001146


Editor: Sara Lustigman, New York Blood Center, Estados Unidos de América
Publicado: 26 de julio 2011
Copyright: © 2011 Brunetti et al. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la Licencia de Creative Commons, que permite el uso irrestricto, la distribución y reproducción en cualquier medio, siempre que el autor original y se acredite la fuente.

Financiación: El taller de Lima fue parcialmente financiado por el Instituto Peruano Nacional de Salud y FIC-NIH formación conceder TW001140 (HG). Thomas Junghanss recibido fondos para la investigación del NIAID-NIH (subvención R34AI091427). HG es ahora un Wellcome Trust Fellow Internacional de Investigación Senior. Los financiadores no participó en el diseño del estudio, la recopilación de datos y el análisis, la decisión de publicar, o la preparación del manuscrito.
Conflicto de intereses: Los autores han declarado que no existen intereses en conflicto.
* E-mail: hgarcia@jhsph.edu
¶ Los miembros del Taller Internacional de la CE, que figuran en los Agradecimientos, participó activamente en el desarrollo de las ideas y el texto manuscrito.

El Top escena global

Equinococosis quística (CE), una infección por la forma larvaria de la tenia del perro Echinococcus granulosus, sigue causando graves en los pulmones y el hígado con una distribución geográfica en todo el mundo. Esta infección parasitaria puede prevenirse, eliminable, y la teoría de tratar-in. El ciclo biológico puede ser atacado en varios puntos: la desparasitación normal para perro, oveja controlada sacrificio, la vacunación del animal huésped intermedio (ovejas), y posiblemente en el futuro, la vacunación del animal huésped definitivo (perro) (Figura 1). Sin embargo, romper el ciclo en la práctica es difícil y requiere esfuerzos a largo plazo. Los programas de control son caros de instalar y mantener. Con las opciones disponibles en la actualidad, un período de 20 años es necesario para llegar a la eliminación, una meta que, como era de esperar, sólo se ha alcanzado en los países ricos [1].

Al ritmo actual de control, los pacientes que sufren de la CE será visto por muchas décadas. CE enfermedad es crónica, compleja y descuidada [2] - [4]. Que aún es poco conocido, y recomendaciones para el diagnóstico y tratamiento no han progresado más allá de opiniones de expertos y no necesariamente son adoptadas por los médicos debido a la falta de pruebas de grado I.



Los problemas críticos son los siguientes:



1. CE se puede desarrollar en silencio durante años e incluso décadas hasta que las superficies con signos y síntomas, o como un hallazgo casual en una ecografía (EE.UU.) o escanear la radiografía de tórax solicitada por otros motivos. Las manifestaciones clínicas pueden decir que el quiste ya es complicado, por ejemplo, rotura en el árbol biliar o bronquial, infección secundaria por bacterias, o con fugas y causar reacciones alérgicas si no es el choque anafiláctico.



2. Screening grandes muestras de población para detectar casos asintomáticos es caro. Como con todos los procedimientos de selección, surgen cuestiones éticas: ¿Todos los pacientes en los que se encuentran quistes requieren un tratamiento? Es el tratamiento que se ofrecen bien establecido y seguro? Y está disponible en todos los? Proyectos de detección en las zonas endémicas son a menudo mal preparados, ya que el manejo clínico no es siempre a nivel local para los que se encuentran positivos.



Los problemas comienzan con la herramienta de selección. Con la excepción de hígado de EE.UU., los métodos disponibles están lejos de ser satisfactoria. En cuanto a la serología, la sensibilidad y especificidad de varios antígenos han sido bien definido [5], [6], pero los ensayos disponibles carecen aún de la normalización, la sensibilidad y especificidad [7]. Las controversias sobre la utilidad para el diagnóstico clínico y la detección siguen sin resolverse [8]. Rendimiento serodiagnóstico depende de varios factores, tales como la localización del quiste, estadio de quiste, e incluso el tamaño del quiste, pero éstas y otras variables no han sido completamente evaluados hasta la fecha.



La ecografía es una herramienta indispensable, pero es probable que se pierda quistes muy pequeños, y su eficacia se restringe sobre todo a los órganos intraabdominales. Además, algunas de las etapas del quiste puede ser difícil de distinguir de los quistes no parasitarios, que son comunes. El problema continúa cuando un quiste equinocócica ha sido diagnosticado. En los lugares donde los centros de salud son varios días de viaje lejos de las zonas rurales, donde los pacientes viven y trabajan, y siempre y cuando tengamos dudas sobre lo que la evolución natural de sus quistes se, toma de decisiones clínicas es difícil. Se tiene que hacer en cada caso de forma individual sobre la base de las normas vigentes, la experiencia de los clínicos, y las posibilidades técnicas locales, apoyados por la evidencia vergonzosamente pobre.



3. No todos los pacientes CE son similares, incluso a nivel de población. En términos generales, existen dos grupos definidos de pacientes, cada uno con un conjunto diferente de problemas: los pacientes en su mayoría asintomáticos (detectados en los programas de cribado o al azar), o los casos clínicamente aparente (la mayoría de los pacientes con quistes complicados).



(A) Los pacientes con quistes detectados durante las actividades de investigación o como un hallazgo casual. En su mayoría reciben el tratamiento con el que el clínico que lo atiende es familiar. Esto no es necesariamente la mejor opción en relación con la etapa de quiste y la situación clínica del paciente. Los resultados preliminares de una encuesta sobre conocimientos, actitudes y prácticas relacionadas con la gestión clínica de la EC en Europa, África del Norte y países de Oriente Medio arrojó resultados alarmantes [9]. Los pacientes pueden estar en riesgo de intervenciones que pueden ser completamente innecesarios. Esto ciertamente se aplica a un número considerable de los quistes que se han quedado inactivos y no causan ningún síntoma o complicación.



Una proporción significativa de los quistes dejan de crecer y seguir un camino a la involución espontánea. A largo plazo de seguimiento sugiere que estos quistes y los pacientes que albergan deben ser dejados solos. Esta es una perspectiva atractiva para los pacientes y los servicios de salud, si los datos pueden ser recogidos en su apoyo. CE4 y CE5 quistes parecen ser muy buenos candidatos para este enfoque, si no ponen en peligro las estructuras vitales. Es, sin embargo, no está claro si y en qué circunstancias este concepto puede extenderse a otros tipos de quistes.



(B) Los pacientes que desarrollan complicaciones. El manejo exitoso depende del equipo, las habilidades y la calidad de los servicios de salud disponibles. Las complicaciones más comunes son la obstrucción biliar con o sin colangitis, obstrucción bronquial, infección bacteriana de la cavidad del quiste con la formación de abscesos, la ruptura con las reacciones anafilácticas que van de leves a muerte por reacción anafiláctica, la equinococosis secundaria (crecimiento de nuevos quistes causada por la siembra de protoescólices , por lo general en una cavidad, como el espacio peritoneal) Derrame siguiente de líquido de un quiste que se rompió de forma espontánea o debido a una maniobra terapéutica, y el deterioro de la función de órganos y vasos sanguíneos comprimida por la creciente quistes adyacentes (Figura 2). En la mayoría de los países endémicos, la configuración requerida sólo se cumple en las principales ciudades muy lejos de donde viven los pacientes que experimentan complicaciones.



Figura 2. Complicaciones que pone en peligro la vida y de la CE.



(A) la obstrucción biliar / colangitis obstructiva debido a la fístula biliar. (B) la formación de abscesos del hígado debido a una infección bacteriana secundaria de los quistes. (C) Quiste ruptura (*) seguido de la anafilaxia y la equinococosis secundaria. (D) Quistes que ejercen presión sobre las estructuras vecinas vitales (por ejemplo, las venas del hígado que resulta en el síndrome de Budd-Chiari). (E) la embolia de la arteria pulmonar derecha (flecha) causada por cardiaca CE y la invasión vascular. (F) CE infestación de la pared posterior del ventrículo izquierdo reemplazar la capa de miocardio en la base del corazón. (Agradecemos a W. Hosch, Departamento de Radiología, y A. Stiehl del Departamento de Gastroenterología del Hospital Universitario de Heidelberg, por las imágenes.).



doi: 10.1371/journal.pntd.0001146.g002

Lo que está disponible hoy para diagnosticar y tratar pacientes CE? Superior

El ultrasonido se ha consolidado como una herramienta para diagnosticar, estadificar y seguimiento de los quistes de la CE en el hígado y en otros lugares. Garbi y sus colegas desarrollaron la primera clasificación de EE.UU. ampliamente adoptado en 1981 [10]. Otras clasificaciones se produjeron posteriormente, pero no se como se usa ampliamente. En 1994, la Organización Mundial de la Salud (OMS), Grupo Informal de Trabajo comenzó a desarrollar una clasificación internacional normalizada de EE.UU. que podrían ser de aplicación universal para reemplazar a la gran cantidad de clasificaciones utilizadas anteriormente (Figura 3) [11]. Incluso con todas las ventajas obvias de una clasificación estandarizada, algunas cuestiones importantes aún por resolver, uno es el orden correcto de las etapas del quiste visto como el efecto de la involución natural o inducidos por el tratamiento. Una reciente evaluación de los perfiles metabólicos de las etapas del quiste con alto campo de espectroscopia de protones por resonancia magnética (MRS 1H) ha demostrado que la OMS GITE clasificación de las etapas activas, inactivas, y en transición está perfectamente en línea con los perfiles de la actividad metabólica de los quistes, con la excepción de CE3b, que aparece con fuerza activa en 1H MRS, un hallazgo que se corresponde bien con la experiencia clínica [12]. EE.UU. se ha confirmado como una herramienta valiosa para evaluar quistes, tanto con respecto a la viabilidad y las posibles complicaciones (Figura 2).



Figura 3. Comparativa de Garbi y la OMS-GITE clasificaciones de ultrasonido de los quistes de la CE.



CL, como un quiste potencialmente parásitas, no se encontraba en la clasificación Garbi y debe distinguirse de los quistes no parasitarios. Esto también puede suceder con CE1 quistes, cuando el signo de doble capa no es evidente. Además, la OMS CE3b no había sido explícitamente descrito por Garbi, pero probablemente podría ser clasificado como Tipo III.



doi: 10.1371/journal.pntd.0001146.g003

Hay básicamente cuatro opciones de gestión: la cirugía, las técnicas percutáneas esterilización, tratamiento anti-parasitario, y la observación ("esperar y ver"). Sus papeles individuales fueron revisados ​​recientemente [2] - [4]. Cada una de las cuatro estrategias sin duda tiene su lugar, pero los lugares específicos y los límites aún no están bien definidos.



La cirugía, la forma más antigua de tratamiento, mantiene su lugar en la mayoría de las formas complicadas de la enfermedad. Hay cierta competencia entre la cirugía y enfoques percutánea, en particular las técnicas de cateterismo modificado, que deben resolverse, pero esta comparación requiere de estudios cuidadosamente diseñados y no se puede decidir sobre la base exclusivamente de estudios no comparativos pequeña clínica, que son los únicos disponibles en la actualidad .



Los defensores del PAR clásica (punción, aspiración, inyección reaspiración) [13] han perdido un poco de su entusiasmo al darse cuenta de que algunas de las etapas del quiste, como CE2 y CE3b, son bastante tedioso de aguja con demasiados compartimentos de forma individual se acercaba. Pero lo más importante, estas etapas tienden a recaer después de PAR. Queda por ver si los grandes modificado las técnicas de cateterismo puede sustituir a la PAR en estas etapas.



Durante la última década, varios estudios han sido publicados que sugieren que la terapia médica (mebendazol, albendazol) podría ser una alternativa a las opciones de tratamiento invasivo en los pacientes con quistes no complicados, la ampliación de la indicación de tratamiento médico en los últimos años. Los estudios individuales fueron pequeñas y la heterogeneidad impidió el metanálisis apropiado. Un análisis publicado recientemente combinado de datos de pacientes individuales recogidos en seis centros de tratamiento sugiere que la eficacia general de benzimidazoles ha sido sobreestimado [14]. Los ensayos clínicos estratificados según el estadio del quiste son necesarios para definir el lugar de tratamiento antiparasitario en el tratamiento de la CE, ya que parece que funciona mejor en algunas fases del quiste (por ejemplo, pequeños quistes CE1) que en otros. El ritmo y la naturaleza de los efectos secundarios de la aplicación prolongada de benzimidazol también merece ser investigado con mayor rigor. Antihelmínticos otros, antiguos y nuevos (praziquantel, la nitazoxanida), y combinaciones de antihelmínticos (por ejemplo, albendazol más praziquantel) deben ser debidamente investigados, también.



Aunque hasta ahora no estudiado de forma sistemática, la experiencia de salir de ciertos quistes completamente solo y sólo a ellos a lo largo de los siguientes años, apunta a una opción de gestión de cuarto, ver y esperar. Además de ser biológicamente plausible, a largo plazo de seguimiento de los pacientes con CE4 y CE5 quistes en las esquinas anatómicamente silencio del cuerpo se ve bien. Esta es una gran promesa para los pacientes en los que los quistes han alcanzado esta etapa y debe ser urgentemente estudiado de forma sistemática.



Razones para el Progreso detenido en el Top CE

Enfermedades difíciles, crónica con una agrupación de baja tasa de casos de mortalidad en zonas rurales pobres son especialmente "atractiva" para los investigadores y los patrocinadores que dependen de resultados rápidos para mantener el impulso de sus actividades. CE comparte esta suerte con otras enfermedades transmisibles, tales como la neurocisticercosis y la enfermedad de Buruli. Los servicios de salud también hacen la vista gorda sobre ellos, ya que claramente carecen de medios para tratar a los pacientes con enfermedades complejas como el CE adecuadamente. Esto se refleja en la atención de las instituciones nacionales e internacionales bajo están pagando a la CE a pesar de su importante carga global, que se estima en más de 1 millón de AVAD por año [15], [16]. Además, debido a su patrón de distribución global, la CE no se está aprovechando de la atención que se presta a "tropical" enfermedades. Curiosamente, nunca CE llegó a la lista de las "enfermedades del TDR" (del Programa Especial de Investigaciones y Enseñanzas sobre Enfermedades Tropicales). La escasez de recursos y la falta de impulso conduce la investigación para desarrollar en los nichos con las comunidades de investigación demasiado pequeños para planificar y realizar proyectos en una escala que permite contestar concluyente de las preguntas relevantes sobre la eficacia, la eficacia, reacciones adversas, y los costos de un tratamiento que se da en comparación con otras opciones. Los datos disponibles actualmente surgen de una multitud de pequeños estudios sin poder estadístico llevado a cabo durante años, dando lugar a resultados contradictorios y recomendaciones, y, en consecuencia, a las controversias y dificultades (por ejemplo, la asignación al azar) en la planificación de ensayos clínicos diseñados adecuadamente.



¿Qué necesitamos para mejorar la gestión de la CE en el corto plazo? Superior

Esta es una enfermedad clínicamente más descuidado parasitaria que necesita con urgencia la atención. Una herramienta valiosa para el diagnóstico, estadificación y seguimiento de los pacientes, la ecografía, es fácilmente disponible. Cuatro procedimientos de gestión, la cirugía, las técnicas percutáneas esterilización, tratamiento anti-parasitario, y ver y esperar, han "evolucionado" en las últimas décadas, y ha resumido recientemente [4], pero sin una adecuada evaluación comparativa de la eficacia, la efectividad, la tasa de eventos adversos, las tasas de recaída, y el costo. Toma de decisiones clínicas está en un terreno aún más endeble para las localizaciones extrahepáticas y extrapulmonar, que son más raros (ver [4] para una lista de localizaciones extrapulmonares y extrahepática con tratamientos relacionados), y los números necesarios para construir los estudios comparativos difíciles de conseguir. Existe la obligación de poner al menos lo que tenemos en una base de evidencia adecuada mediante la realización de ensayos clínicos comparativos a escala y calidad que permitan responder a estas preguntas importantes. Como uno de los resultados esperados, criterios claros para el reloj y esperar la opción por sí sola ya puede guardar una proporción sustancial de pacientes de intervenciones innecesarias y preservar la salud de servicios monetarios. Difícil de las enfermedades crónicas de grupos en las zonas rurales pobres necesitan enfoques inteligentes, creativos, y éste necesita con urgencia la investigación operativa la incorporación de las particularidades de los entornos de escasos recursos en consideración.



Agradecimientos Arriba

Lista de los miembros del taller (orden alfabético):



Budke CM, Chabalgoity JA, Craig PS, Gavidia CM, Gilman RH, AE González, D Heath, J Horton, un Ito, Jensen O, M Kachani, E Larrieu, MW Lightowlers, DP McManus, CNL Macpherson, AM Moro, Naquira C , Santivanhez S, P Schantz, Siles-Lucas M, P Torgerson, Verástegui M, D Vuitton, Zhang W.



Referencias Arriba

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lunes, octubre 10, 2011

XXIV Congreso Internacional de Hidatidología - Urunqui - China 2011


Los dos trabajos presentados por el Grupo del Programa de Control de la Hidatidosis - Provincia de Rio Negro  - Argentina GANARON en sus respectivas categorias:

a) Control por la experiencia en la aplicacion de la vacuna en ovinos contra la hidatidosis

b) Diagnóstico y tratamiento en humanos  (Experiencia basada en entrenamiento de medicos generalistas ecografia rural, detección precoz y uso de albendazol).

Momento en que el Dr. Edmundo Larrieu recibe los premios respectivos en Urunqui (China).

lunes, noviembre 01, 2010

Programme for ultrasound diagnoses and treatment with albendazole of cystic

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Acta Tropica 117 (2011) 1–5
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Programme for ultrasound diagnoses and treatment with albendazole of cystic
echinococcosis in asymptomatic carriers: 10 years of follow-up of cases
Edmundo Larrieua,∗, Mario Del Carpiob, Carlos Hugo Mercapideb, Juan Carlos Salvitti b,
Jose Sustercicb, Jorge Moguilenskyb, Héctor Panomarenkob, Leonardo Uchiumib,
Eduardo Herrerob, Gabriel Talmonb, Marcela Volpeb, Daniel Arayab, Gabriel Mujicab,
Sergio Mancinib, José Luis Labanchib, Martín Odriozolab
a Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de La Pampa, Argentina
b Ministerio de Salud, Provincia de Río Negro, Argentina

a r t i c l e i n f o
Article history:
Received 1 December 2009
Received in revised form 4 August 2010
Accepted 6 August 2010
Available online 9 September 2010
Keywords:
Cystic echinococcosis
Ultrasound
Albendazol
Follow-up

a b s t r a c t
Cystic echinococcosis is an endemic disease in the Province of Rio Negro, Argentina. Ultrasound surveys
carried out in 1984 found prevalence rates of 5.6% in children between 6 and 14 years of age.
Objective: To describe and to evaluate the results of the strategy applied in school children by hospital
services of the Province of Rio Negro with regard to diagnosis, treatment and monitoring of
cystic echinococcosis and to evaluate simultaneously the results of the control program against cystic
echinococcosis.
Materials and methods: In 1997 ultrasound was chosen to carry out population surveys and the medical
treatment criteria for the detected cases were standardized. The population under study involved 5745
students in the first survey and 22,793 in subsequent studies. The detected cases were classified according
to Gharbi’s scheme. A treatment algorithm was defined based only on monitoring (“watch and wait”),
albendazole, surgery (open or laparoscopic) or mini-invasive procedures, according to type, location and
size of the cyst. Information was also obtained on cases notified to the Health System between 1980 and
2008.
Results: In the first survey, 70 carriers (1.2%) were detected; of these, 25 started albendazole treatment
(35.7%) and only 3 (4.3%) underwent surgery. Ten years after treatment, 60.1% of 42 cases, presented
Types IV and V cysts and 14.5% presented total involution of their cysts. In subsequent studies, 87 (0.4%)
cases were detected, 49 of which started albendazole treatment (56.3%) and 9 underwent surgery (10.3%).
The incidence rate of cystic echinococcosis cases decreased from 38×100,000 in 1980 to 3.7×100,000
in 2008.
Discussion:Astrong decrease in cystic echinococcosiswasobtained although persistent levels of transmission
were maintained. The cases produced under these conditions are diagnosed by means of ultrasound
surveys and are treated using a plan based on albendazole and monitoring by the Health System during
a period of 10 years.
© 2010 Elsevier B.V. All rights reserved.
1. Introduction
Cystic echinococcosis, produced by Echinococcus granulosus, is
an endemic disease in the Province of Rio Negro in the south of
Argentina. In 1980, the number of cases in all age groups was
146 (population incidence rate 38×100,000) (Larrieu et al., 1986,
1993). The control program started, this same year, based on systematic
de-worming of dogs with praziquantel, slaughter control
and health education (Larrieu et al., 2000a; Craig and Larrieu, 2006).
∗ Corresponding author. Tel.: +54 2920 430007; fax: +54 2920 430007.
E-mail address: elarrieu@salud.rionegro.gov.ar (E. Larrieu).
From the beginning, the program included strategies to improve
patient prognosis through early detection and timely treatment,
especially in the young population (Larrieu et al., 1993, 2000a,b;
Frider et al., 1985, 1986). Between 1980 and 1996 it was carried out
through serological screening according to the available technology
(Larrieu et al., 2000a,b), using latex agglutination test, double
diffusion (DD5) and enzyme immunoassay, associated to further
diagnosis of location and early surgical treatment. This strategy led
to a marked decrease in surgical morbidity and mortality and to a
reduction of hospital stay (Larrieu et al., 2000a).
In 1984/85 the first ultrasound survey was carried out in the
Province, resulting in a rate of 5.6% asymptomatic hydatid cyst carriers,
in children of 6–14 years of age (Frider et al., 1985, 1986). Since
0001-706X/$ – see front matter © 2010 Elsevier B.V. All rights reserved.
doi:10.1016/j.actatropica.2010.08.006
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2 E. Larrieu et al. / Acta Tropica 117 (2011) 1–5
1997 abdominal ultrasound scan has become the method of choice
for screening, using Gharbi’s classification (Gharbi et al., 1981). Different
factors support the choice of US as screening method in
abdominal hydatidosis: newly acquired knowledge of the natural
history of the disease (Frider et al., 1990, 1999; Larrieu et al., 2000b;
Larrieu and Frider, 2001), availability of equipment (portable US
scanner) for systematic ultrasound in rural areas and its greater
specificity and sensitivity in relation to serology (Frider et al., 1985,
1986; Mlika et al., 1986; Macpherson et al., 1987; Del Carpio et al.,
2000), highly accessible operative cost for health system and possibility
of hydatid cyst diagnosis in their main anatomic location
(Larrieu and Frider, 2001).
The US surveys for abdominal hydatidosis were carried out
every year in children between 6 and 14 years of age by general
physicians, working in rural hospitals, and trained in courses to
that effect such as FAST (focused abdominal sonography in trauma).
Albendazole was instituted as the first therapeutic treatment of
hepatic hydatid cysts, based on its documented possibilities and
advantages (Horton, 1989, 1997; Gil Grande et al., 1993; Nahmias
et al., 1994; Larrieu et al., 2004; Junghanss et al., 2008). Surgical
treatment or mini-invasive procedures were only applied in those
cases indicated by the location or the size of the cyst (Larrieu et al.,
2004).
These strategies are based on the recommendations by the
Medical Committee of Control Program Against Hydatidosis (established
by Decree 6412/06 of the Ministry of Health of the Province of
Río Negro), which led to Decree 3720/07 of the Ministry which set
the “Standards for Diagnosis and Treatment of Human Echinococcosis,”
updated by Decree 3541/09 of the Ministry. Its implementation
is mandatory throughout the province of Rio Negro.
Therefore, the aim of this study is to make an observational,
prospective and non-randomized study with patients treated
according to provincial standards, describing the strategy applied
in school children by the hospital services of the Province of Rio
Negro with regard to diagnosis, treatment and monitoring of cystic
echinococcosis, with special reference to the systematic use of
abdominal ultrasound in the field and treatment with albendazole
over the 1997–2009 periods. Likewise, our aim is to evaluate the
progress of the infection in those affected with regard to the control
strategies applied.
2. Materials and methods
The study comprises a total of 28,268 ultrasound surveys carried
out in children ages 6–14 attending schools in the endemic area of
the province of Rio Negro.
In 1997 and 1998 the first standardized ultrasound register was
carried out and published (Larrieu et al., 2004). This study included
5475 children between 6 and 14 years of age attending 94 rural
and urban elementary schools in the endemic area. Later on, in the
same age groups, and in schools in the same endemic area, 22,793
ultrasound surveys were carried out in children without previous
diagnosis of cystic echinococcosis corresponding to the following
periods: 4488 (2001/02), 6436 (2003/04), 6051 (2005/06) and 5818
(2007/08).
Cases involved children between 6 and 14 years of age who,
in the abdominal ultrasound register, showed images compatible
with hepatic hydatid cysts according to Gharbi classification
(Gharbi et al., 1981). The categories of this classification were subdivided
according to cyst size. Chest anteroposterior and lateral
radiographs were carried out in all cases.
Ageneral treatment algorithmwasdefined based on Gharbi type
and size of the cyst, and related to the vitality and aggressiveness
of the cyst (Gharbi et al., 1981): Type I up to 3 cm: observation only
and ultrasound monitoring (“watch and wait”, viable cystic but very
low expectancy of complication and usually slow growth); Type
I between 3 and up to 7–10 cm, chemotherapy with albendazol
(viable cysts with low potential for complications). Type II (transitional
cyst, usually fertile, rarely observed in natural evolution,
most frequently observed during treatment with albendazol in our
experience), up to 7–10cm in diameter: albendazol treatment was
started, and in cases of negative response, patients were re-treated
with a new course of treatment with albendazol exactly the same
as the first one, i.e. the same treatment is repeated twice. Type III
(aggressive cysts usually with high complication rate): most type III
cysts are surgical cases. Selected cases in children, with cysts less
than 5–7cm and under strict control, can be treated with albendazol.
In Type IV, observation and ultrasound monitoring without
treatment was carried out (“watch and wait”, most of this type of
cysts are not fertile); and Type V without routine monitoring and
without treatment irrespective of their size (cysts without parasite
activity or dead) (Fig. 1).
Albendazole was administered in a 10mg/kg/day dose during
120 days, together with ranitidine (300 mg/day) or omeprazole
(20 mg/day) to reduce problems associated with gastric intolerance
to the drug. Controls of: haemogram, urea, creatinin, coagulation
and hepatogram are performed prior to treatment and every 30
days. Albendazole tablets were supplied by the official laboratory
of the Health Ministry of the province of Rio Negro, at a cost of 0.10
US$ per 400mg tablet.
The following definitions were applied in the interpretation of
the results from the treatment:
Positive evolutionary changes: modification in ultrasonographic
images signalling hydatid cyst damage or aging, such asmembrane
detachment, decrease in size or calcification, modifications in the
structure and vitality of the cysts;
Total involution: disappearance of all ultrasonographic images
compatible with cystic echinococcosis;
Negative changes: modification in ultrasonographic images
indicative of hydatid cyst growth or appearance of clinical symptomatology
compatible with cystic echinococcosis (Larrieu et al.,
2004).
Surgery was prescribed in symptomatic cases and asymptomatic
carriers with cysts larger than 7–10cm in diameter or with
a dangerous location. All cases were followed using ultrasound
studies to verify qualitative and quantitative changes (modifications
in size and in the state of the membranes and content). These
studies were carried out 30 days after observation or after starting
treatment, then at 60 days and thereafter every 3 months until
completion of the first year of monitoring. In the second year, monitoring
was carried out every 6 months and as from the third year,
every year. In all cases, compliance with the examination and monitoring
was guaranteed by the provincial hospital network.
Group 1, which included cases detected during the first ultrasound
register, was followed initially over 4 years (Larrieu et al.,
2004). In this study, their rural homes were tracked and all possible
cases were monitored by ultrasound. Group 2, on the other hand,
included cases detected in subsequent surveys, and monitoring has
continued since diagnosis to date. A geographical reference of all
cases was obtained.
Likewise, information on all new cases of cystic echinococcosis
was obtained from the National Notification System (SINAVE) as in
Argentina it is compulsory to notify the appearance of symptomatic
cases of this disease.
3. Results
In the first study (Larrieu et al., 2004), 70 carriers (average 8.7
years of age) were detected (Group 1: screening prevalence rate
1.2%) with 85 hydatid cysts (84 hepatic).
Author's personal copy
E. Larrieu et al. / Acta Tropica 117 (2011) 1–5 3
Fig. 1. General treatment algorithm, based on Gharbi type and size of the cyst. Río Negro, Argentina, 2008.
Initially 40 (57.1%) were put in the observation only protocol, 25
(35.7%) were treated with albendazole, 2 (2.9%) were subjected to
puncture, aspiration, injection and re-aspiration (PAIR) and 3 (4.3%)
had surgery (in all of this cases, albendazol was used as prophylactic
treatment).
The results of using albendazole after an average of 29 months
of monitoring showed that in 56% of the carriers treated with the
drug either a positive modification of the evolution of the cyst or a
total involution was observed; while in untreated cases (observation
only) a positive evolution was observed in 35.9%. These results
were not significantly different (p: 0.2) (Larrieu et al., 2004).
After 4 years of observation, the positive effect increased to
76.0% in carriers treated with the drug, while in untreated carriers
the positive effect was placed at 40.1%. These differences were
statistically significant (p: 0.00, OR 0.07, 95% CI 0.0–0.6) (Larrieu et
al., 2004). Spontaneous disappearance of the cysts was observed in
10 (14.5%) cases.
In the studies carried out in 2008 (10 years of monitoring) on
44 cases (55 cystic) of Group 1 no new hydatid cyst was diagnosed
(0%), while 3 (7.1%) required surgery. Of the total, only 6 (16.2%) of
the cysts remained Type I or II, without modifying their size, and 31
(83.8%) resulted in non-viable Type IV or V cysts (p: 0.00, OR 0.02,
95% CI 0.007–0.07). Total cyst involution was observed in 9 (20.9%)
of the cases.
Related to the type of treatment, in the observation only group,
at the beginning, 14 (87.6%) cases were cysts Type I or II, and 2
(12.6%) Type IV and V, while 10 years later the type of cysts were in
3 cases (18.8%) cysts Type I or II and in 8 (50.1%) Type IV or V. Total
cyst involution was observed in 4 cases (25.0%) and 1 (6.3%) was
surgically treated. 81% of cases (in cysts less than 3 cm) had positive
evolutionary changes and 6% negative changes. In patients treated
with albendazol, at the beginning 22 cases (88.0%) were cysts Type
I or II and no cases (0.0%) were Type IV and V, while 10 years later 2
cases (8.0%) were cysts Type I or II and 17 (68.0%) Type IV or V. Total
cyst involution was observed in 5 of the cases (20.0%) and 1 (4.0%)
was surgically treated; 92% of cases (cysts between 3 and 10 cm)
had positive evolutionary changes and 4% negative changes. These
results were not significantly different (p: 0.12) (Table 1).
In subsequent studies (Group 2), a total of 87 carriers (screening
incidence rate 0.4%) of 8.9 years of age were diagnosed with 94 cysts
(91 hepatic) corresponded to the 2001/02 period (0.4%), 36 to the
2003/04 period (0.6%), 20 to the 2005/06 period (0.3%) and 12 to
the 2007/08 period (0.1%) (Fig. 2).
In Group 2, 49 cases (average 8.9 years of age) entered in the
protocol of albendazole (56.3%) and 29 in the protocol of only observation
(watch and wait) (33.3%).
At the last control and with an average of 12.1 years of global
analysis of the Clinical Guidelines for the Diagnosis, Treatment of
Human Hydatidosis in the Province of Río Negrono new hydatid
cyst was diagnosed (0%), 9 of the cases (10.3%) were surgically
treated, based on the size of the cyst, its location, the symptoms
or its evolution (changes in the hydatid cyst growth or appearance
of clinical symptoms related to cystic echinococcosis). Of the rest
of the cases controlled, 23 of the cysts (42.6%) remained Type I or II,
without modifying their size and 4 (7.4%) are Type III and 27 (50.0%)
resulted in non-viable Type IV or V cysts, the differences with initial
diagnoses were statistically significant (p: 0.00, OR 0.09, 95%
CI 0.03–0.24). Total cyst involution was observed in 6 (8.7%) of the
cases.
Since the beginning of the standardized programme, a total of
157 cases were diagnosed and placed on the protocol (Table 2 and
Fig. 1).
In 2008, the total number of cystic echinococcosis cases notified
to the SINAVE of the Province of Rio Negro, for all age groups, was 33
Author's personal copy
4 E. Larrieu et al. / Acta Tropica 117 (2011) 1–5
Table 1
Ten years of monitoring asymptomatic hydatid cyst carriers diagnosed in ultrasound surveys carried out in children between 6 and 14 years of age in the Province of Rio
Negro, Argentina, 2008.
Treatment Time Type cystic, no. (%) Total involution Surgery Total cases
I II III IV V
Observation Initial 13(81.3) 1(6.3) 0(0.0) 1(6.3) 1(6.3) 16(100)
10 years 2(12.5) 1(6.3) 0 (0.0) 3(18.8) 5(31.3) 4(25.0) 1(6.3)
Albendazol Initial 17(68.0) 5(20.0) 3(12.0) 0 (0.0) 0(0.0) 25(100)
10 years 0(0.0) 2(8.0) 0(0.0) 8(32.0) 9(36.0) 5(20.0) 1(4.0)
PAIR Initial 1(100) 1(100)
10 years 1(100)
Surgery Initial 1(50.0) 1(50.0) 2(100)
Total Initial 32(72.7) 7(15.9) 3(6.8) 1(2.3) 1(2.3) 9(21.4) 2(4.5) 44(100)
10 years 2(4.8) 3(7.1) 0(0.0) 11(26.2) 14(33.3) 3(7.1)
Fig. 2. Results of ultrasound surveys carried out in children between 6 and 14 years
of age in the Province of Rio Negro, Argentina, 1985–2008.
(population incidence rate 3.7×100,000), this being significantly
different (p: 0.00) from the 146 cases notified at the beginning of
the programme (population incidence rate 38×100,000).
4. Discussion
The control program was successful in reducing considerably
the number of cases of cystic echinococcosis in the population. This
can be verified both by the decrease in the population incidence
rate of the disease estimated by the number of new symptomatic
cases notified at the Health System (38×100,000 in 1980 vs.
3.7×100,000 in 2008) and by the percentage of asymptomatic
carriers detected in the ultrasound surveys in children between
6 and 14 years of age (screening prevalence rate 5.6% in 1984/85
vs. screening incidence rate 0.1% in 2007/08) and is consistent with
Table 2
Number, type and cyst localization in hydatid cyst carriers diagnosed in ultrasound
surveys carried out in children between 6 and 14 years of age in the Province of Rio
Negro, Argentina.
Group 1 Group 2
Studies 5475 22,793
Cases 70(1.3%) 87(0.4)
No. cysts 85(1.2/patients) 94(1.2/patients)
Large 1–6cm 68(79.3%) 67(71.3%)
7–>10cm 19(20.7%) 27(28.7%)
Type cysts Tipo I 55(64.7%) 76(80.0%)
Tipo II 15(17.7%) 8(8.9%)
Tipo III 7(8.2%) 4(4.4%)
Tipo IV 5(5.9%) 5(5.6%)
Tipo V 3(3.5%) 1(1.1%)
Localization Liver 84(98.8%) 91(96.8%)
Others Splen 1(1.2%)
Kidney 3(3.2%)
the significant decrease in prevalence in dogs and sheep that has
been reported in previous papers (Larrieu et al., 2000a; Perez et al.,
2006; Craig and Larrieu, 2006).
Thus the strategy applied, based on the systematic deworming
of dogs which was used in extensive rural areas with difficult
access, was efficient in limiting transmission to man. Nevertheless,
the control programme showed limitations regarding eradication
of the parasite from the environment, due to the above mentioned
geographical difficulties and to limitations in the infrastructure
required to de-worm 100% of the dogs every 45 days over a prolonged
(10–20) period of years (which is the only strategy possible
for successful elimination). This generates a certain number of new
cases in children every year.
The strategy used by the health services to solve this situation
was therefore based on carrying out massive annual programmes,
in urban and rural schools of endemic areas, to actively search for
cystic echinococcosis cases produced despite the existence of a
control programme. This was facilitated by the sensitivity, specificity
and low operative cost of ultrasound coupled with follow-up
monitoring strategies that make the most of the infrastructure of
rural health outposts and treatments based mainly on the use of
albendazole.
The specificity and sensitivity of the rural ultrasound screening
was determined in the Province of Río Negro by Del Carpio et al.
(2000) using CT scan, MRI and an ultrasound imaging made by a
radiologist of a tertiary referral center as the gold standard (with a
specificity 97% and sensitivity 100%). Other studies, however, have
indicated a lower sensitivity of ultrasound (Torgerson et al., 2009)
indicating that some early cases will also be missed by ultrasound.
The present study confirms the applicability and efficiency of the
US when used systematically in rural areas both for early detection
of cases and for surveillance.
The control program against cystic echinococcosis permitted
provision of timely medical attention for the cases detected in the
surveys. In addition it proved to be accessible for the health services,
preventively solved health problems and minimized additional
social costs and up-rooting of rural settlers by eliminating the need
for travelling to tertiary referral centers (usually located hundreds
of kilometres from the home of the patient) for surgical treatment.
With regard to the effects of albendazole, its use in treating cystic
echinococcosis was confirmed (Horton, 1989, 1997; Gil Grande
et al., 1993; Nahmias et al., 1994; Larrieu et al., 2004; Junghanss
et al., 2008). An increase in its effects was observed over time (in
children with cysts between 3 and 10 cm, 56% showed positive evolutionary
changes at 29 months, 68% at 44 months and 92% at 10
years). Therefore in individual cases, an extended monitoring over
time is required to precisely evaluate the effect of the drug on the
carrier before applying new treatments.
Author's personal copy
E. Larrieu et al. / Acta Tropica 117 (2011) 1–5 5
The need to avoid surgical removal of a hydatid cyst in an asymptomatic
carrier, without prior confirmation of its speed of growth
and evolution (“watch and wait”), was also confirmed (Frider et
al., 1985, 1999; Larrieu et al., 2000b, 2004). Patients monitored by
watch and wait (cysts in children up to 3 cm) presented negative
evolutionary changes in 28.2% of cases at 44 months and only 6%
at 10 years, which would confirm that in a number of cases the
relationship host-parasite is to evolve quickly towards the onset of
symptoms, while in the majority of cases (81% in this study) the
relationship is stable, and these percentages are similar to the ones
notified by Frider et al. (1999).
Observation of 25% of total involution of hydatid cysts in 10
years confirmed previous reports: in Romig et al. (1986) observed
in Turkana, Kenya, at 12 months’ follow-up, 13.6% of cysts disappeared;
while Larrieu et al. (2004) observed 11.4% of cysts that
evolved into the disappearance of 4-year follow-up. This confirms
the need to verify the evolution of the parasite before indicating
surgical treatment. On the other hand, in this study, appearance
of new hydatid cysts in treated carriers or those being observation
only (“watch and wait”) was not verified. This fact leads to
an important difference with regard to operated cases, where reinfection
and/or recurrence of the disease in many cases lead to
a second surgery years later. The possibility that non-operated
treated cysts may act as immunization against future re-infections
or recurrences of the disease needs to be specifically evaluated in
future studies.
The strategies for diagnosis and treatment in this study for cystic
echinococcosis does not differ largely from the recommendations of
the informal group of the WHO-JWGE (Brunetti et al., 2010) including
the use of albendazol in cysts Type I and not treatment for cysts
Types IV and V. The “watch and wait”, raised originally by Frider et
al. (1985, 1986, 1999) and Larrieu et al. (1993) and applied in this
study in Type I cysts up to 3 cm, is not challenged in that consensus.
We recommend to apply this strategy for evaluation.
In relation to the frequency of case follow-up, the consensus
of experts (Brunetti and Junghanss, 2009) noted: “follow-up visits,
including US examination should be done every 3–6 months initially
and every year once the situation is stable”. This is widely
covered in the present work. Surgery, which had been previously
accepted as the treatment of choice, was only needed in 17 cases
(8 of Group 1 and 9 of Group 2; 10.8% of the diagnosed cases), a
fact which provides a drastic change with regard to the history of
cystic echinococcosis treatment and confirms promising reports on
the effectiveness of albendazole (Horton, 1989, 1997; Gil Grande et
al., 1993; Nahmias et al., 1994; Larrieu et al., 2004; Junghanss et
al., 2008; Brunetti and Junghanss, 2009). It also confirms the possibility
of applying “watch and wait” to small hepatic cysts in those
cases that allow ultrasonographic follow-up over time (Frider et al.,
1985, 1986, 1999; Larrieu et al., 1993, 2000b).
Recent published reviews and meta-analysis (Junghanss et al.,
2008; Brunetti and Junghanss, 2009; Brunetti et al., 2010) are concerned
with the need of more series of longitudinal studies to assess
more accurately the effect of albendazole and to take the decision to
“watch and wait” in asymptomatic patients. The application of Clinical
Guidelines for the Diagnosis, Treatment of Human Hydatidosis
in the Province of Río Negro, Argentina, and the follow-up every 4
years (Larrieu et al., 2004) and every 10 years (present work) are,
thus, a small contribution towards the knowledge of the natural
history of the disease and the evaluation of the best strategies for
diagnosis and treatment of asymptomatic echinococcosis.
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